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Los cestos para la ropa son, sin duda, accesorios indispensables en cualquier hogar. Al fin y al cabo, nos brindan la posibilidad de almacenar la ropa sucia en un lugar adecuado y de forma discreta hasta que reunamos la suficiente como para poner una lavadora. Sin embargo, no tienen por qué limitarse exclusivamente a cumplir con esta función. Al igual que las velas blancas grandes o los marcos de fotos pared, pueden cumplir una importante función decorativa. Todo depende del estilo, los colores y los materiales en los que elijas tu cesto para la colada. Como podrás ver, aquí encontrarás el cubo de ropa sucia perfecto para ti de forma muy sencilla. Por ejemplo, puedes optar por uno de madera de estilo minimalista que combine a la perfección con tus jarrones blancos y demás piezas de mobiliario. O, si lo que te apasiona es el estilo étnico, uno de mimbre. También hay alternativas plegables que te permitirán ahorrar espacio cuando no necesitas la capacidad de almacenamiento que te brindan. En cualquier caso, gracias a ellos, cada vez que gires el pomo de la puerta de tu cocina, lavadero o cuarto de baño, sentirás que tu cesto de la ropa se integra a la perfección en la decoración.
Puede que lavar la ropa sucia no sea una de las tareas favoritas, pero es una tarea necesaria. Y no hay nada peor que coger el cesto ropa sucia y encontrarse con un montón de ropa maloliente.
Para que el día de la colada sea más agradable, puedes evitar este tipo de olor. Elegir un buen cesto de ropa sucia es el primer paso para evitar que la ropa sucia huela mal.
No hay una respuesta perfecta, pero algunos aspectos clave que debes buscar en un cesto son la transpirabilidad y la capacidad de lavado. La búsqueda de estas propiedades te alegrará el día de la colada y mantendrá fresca la ropa maloliente incluso antes de que llegue a la lavadora.
Un cesto con mucha ventilación permite que la ropa húmeda se seque en lugar de atrapar la humedad. Los cestos para la ropa sucia con un diseño tipo jaula pueden funcionar mejor que los cestos con bases sólidas, ya que estos últimos pueden provocar la acumulación de humedad en la base.
Las mejores opciones suelen estar hechas de plástico o metal, ya que estos materiales no absorben los olores y pueden limpiarse entre usos o rociarse con un spray limpiador.
Los cestos de la ropa sucia también pueden ensuciarse, por este motivo es importante optar por cestos de tela fácilmente lavables.
Sin embargo, no todos los cestos de tela son lavables, por lo que es importante leer la letra pequeña. Algunos cestos de ropa solo se pueden secar al aire, así que asegúrate de dejar secar tu cesto antes de meter la ropa sucia. De lo contrario, estarás atrapado en un ciclo de ropa maloliente.
Ciertos materiales naturales tienen propiedades antibacterianas que los convierten en una mejor opción para guardar tu ropa maloliente. Entre ellos se encuentran el bambú y la lana. Los cestos de bambú están por todas partes, y los que tienen un forro lavable te permiten llevar la ropa a la lavadora, en lugar de arrastrar todo el cesto.
La lana es otro de los héroes de la lavandería. Las bolas de lana para secadora ayudan a suavizar la ropa y a evitar la estática, y son igualmente beneficiosas en un cesto.
El único inconveniente de algunos de estos materiales naturales es que son un poco más difíciles de limpiar. Para que estos cestos queden limpios, el vinagre blanco y el agua mezclados son un limpiador natural y eficaz. Pon el vinagre y el agua en una botella de spray y rocía la superficie del cesto de la ropa sucia. Pero recuerda: siempre deja que se seque bien.